Si buscas una ruta con encanto rural, historia y paisajes, el Maestrazgo turolense es una apuesta segura. Comienza el día en Cantavieja, con su imponente plaza porticada y sus calles empedradas que conservan el aire medieval. Continúa hacia Mirambel, una joya amurallada que ha enamorado a viajeros y cineastas con su arquitectura y silencio.
Después, pon rumbo a La Iglesuela del Cid, otro pueblo cargado de patrimonio y ambiente tranquilo. Y si te gusta el queso, no puedes dejar de pasar por Tronchón, famoso por su queso artesano, citado incluso por Cervantes en el Quijote. Aprovecha para comprar uno y llevarte un pedazo de tradición.
El paisaje durante todo el recorrido es espectacular: sierras, barrancos, masías dispersas y una sensación de estar lejos del ruido. Una ruta para saborear despacio, entre historia, naturaleza y productos auténticos de la tierra.